Inseminación artificial

Aproximación histórica

La primera experiencia positiva de inseminación artificial fue realizada en 1779 por el ya citado Spallanzani, quien logró que una perra artificialmente fecundada alumbrara tres cachorros 62 días después de la inseminación. Ya en el siglo XIX, el médico francés Claude Bernard, quien renovara la concepción de la práctica clínica al plantearla como ciencia experimental fundamentada en la fisiología, realizó estudios sobre la fecundación de hembras de perro y conejo por inyección de esperma en la cavidad peritoneal, cerca de los ovarios.

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