Se ha dicho al comienzo de este libro que la salud, aun sin ser el objetivo primordial de la vida, es un recurso esencial para vivirla plenamente y con calidad. En nuestra época se la estima como un don precioso y, además, como un derecho del que todos deben poder disfrutar. Por ello cada persona, sujeto de salud, debe, mientras pueda, hacerse cargo de ella y cuidarla como lo que es. Solo los incapacitados, por razones de edad o de diversos impedimentos, deben recurrir a otros para mantenerla o recuperarla. @import "/medicina/skins/biblio/indi.css" Este capítulo trata de cómo cuidar la salud, cómo reconocer las amenazas que puede representar su pérdida y cómo tratar de recuperarla con ayuda del médico y de otras muchas personas que, por razones familiares o profesionales, están dispuestas a colaborar en esa tarea. Síntomas y signos Normalmente, cuando enfermamos, notamos un conjunto de sensaciones (síntomas) y presentamos cambios objetivos en nuestra apariencia o en las...